Curso de Reflexología. Clase número 11

Curso de Reflexología. Clase número 11

Continuamos en nuestro Curso de Reflexología Podal abordando las zonas importantes a tratar, parte 2 de 3.

DOS ZONAS MUY IMPORTANTES. Parte 2 de 3

EL SISTEMA LINFÁTICO

El sistema linfático forma parte del sistema circulatorio humano y su funcionamiento es esencial para mantener la vida.

De dicho sistema se transporta la linfa desde los tejidos corporales a puntos en donde se une a la corriente sanguínea, la linfa, fluido alcalino del cuerpo, se forma en todos los tejidos corporales, reuniéndose en los más pequeños vasos sanguíneos mayores, y finalmente es conducida a los conductos linfáticos.

La linfa es generalmente de color claro transparente (incolora) pero a veces se vuelve lechosa, sobre todo cuando arrastra grasas y desechos de los intestinos. Su composición varía considerablemente en las diferentes partes del cuerpo.

La linfa contiene unas células llamadas linfocitos, que sirven para proteger al organismo de la invasión de los microorganismos

Existen dos clases de estructuras en el sistema linfático: la primera son los capilares, los grandes vasos sanguíneos y los conductos linfáticos, y todos ellos contribuyen a conducir a la linfa a través del sistema.

Los movimientos respiratorios son también una de las importantes ayudas en el flujo de la linfa a través del cuerpo humano.

Existen válvulas en los vasos linfáticos que evitan cualquier retroceso del flujo linfático. La segunda estructura de los nodos linfáticos funciona como un perfectamente conectado sistema de filtración. El fluido tisular de los capilares sanguíneos penetra en los capilares linfáticos y desde este momento se llama linfa.

Allí es clarificada y filtrada de los residuos proporcionados por los capilares sanguíneos, éstos pasan a través de los vasos linfáticos y van a parar al conducto por donde penetra en la corriente sanguínea.

Los pequeños capilares linfáticos están situados en el tejido conjuntivo de la mayoría de los órganos. Son mucho más numerosos debajo de la piel, en las membranas mucosas de los tractos respiratorio y digestivo, y menos numerosos en los músculos.

Los vasos linfáticos son mucho mayores que los capilares, y la mayoría de ellos está situados en las capas subcutáneas de los tejidos: algunos están localizados en lo más profundo de las extremidades, así como bajo las membranas mucosas del aparato digestivo, respiratorio y urogenital.

A diferencia de la sangre, la linfa fluye solo en una dirección: desde los pequeños vasos hasta los mayores, y de allí a los vasos linfáticos en cuyo punto penetra en la corriente sanguínea.

Los vasos linfáticos son canales tubulares, existen dos conductos principales, el largo conducto torácico de la izquierda y el corto conducto linfático de la derecha. El torácico índico que el conducto linfático, está localizado en el pecho y es el principal, el cual hace converger la linfa desde todas las partes del cuerpo, con excepción del lado derecho de la cabeza, cuello, parte superior del pecho y extremidad derecha superior. El conducto torácico se origina en los órganos abdominales, y recibe linfa de los miembros inferiores, la región pélvica y los órganos abdominales. Circula hacia arriba, a través del diafragma al pecho y tórax, torciendo hacia la izquierda y entrando en la vena por debajo del hueso izquierdo del cuello. Justo antes de entrar en ésta vena, el conducto torácico recibe el flujo de linfa de los vasos situados en el lado izquierdo de la cabeza, la extremidad superior izquierda y el lado izquierdo del pecho.

El conducto linfático derecho, el corto, recibe la linfa solo del lado derecho de la cabeza, de la extremidad superior derecha y del lado derecho del pecho, y vacía en la vena situada por debajo del hueso derecho del cuello.

El conducto torácico es el mayor de los dos, y es el principal, sirviendo a un área mucho mayor del cuerpo y a muchos más órganos que el conducto 1infático derecho.

Las demás estructuras del sistema linfático son los nodos linfáticos, éstos nodos son una acumulación de tejidos linfáticos, estos son redondeados y densamente compactados con sacos de tejido linfático y varían de tamaño desde una cabeza de aguja hasta el tamaño de una oliva, ellos pueden encontrarse solos o acumulados en grupos en ciertas regiones. Los principales de ellos están en el cuello, los sobacos y la ingle.

Todos ellos son superficiales y profundamente establecidos, sus funciones son las de actuar como filtros, a fin de evitar que las bacterias y otros peligrosos invasores penetren en la corriente sanguínea.

Otros grupos de nodos linfáticos mayores y más altamente coordinadas aparecen en formas especiales llamadas «órganos linfáticos».

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